LITERATURA HEBREA

 

Contexto histórico y social

Los textos de la Biblia pertenecen al pueblo hebreo y se elaboraron a lo largo del primer milenio antes de Cristo. En estos textos aparece un Dios único, que inicialmente era concebido como protector de los hebreos en los combates contra sus vecinos: filisteos o ammonitas. Después adquirió un carácter de compromiso moral. De esta concepción derivan el judaísmo, el cristianismo y el islamismo. 

Se cree que las tribus hebreas, de lengua semita, se establecieron en el valle del río Jordán en el siglo XIII aC, después de haber estado en Egipto durante generaciones, de donde salieron, según la Biblia, siguiendo a Moisés, primer legislador hebreo. Vencieron a los cananeos, después a los filisteos (de quien tomaron el nombre de Palestina) y posteriormente a los amonitas. 

La monarquía se inicia con el rey Saúl. Su período de mayor esplendor fue en el siglo X aC durante los reinados de David y de su hijo Salomón. El rey David conquistó Jerusalén y la convirtió en la capital. Su hijo Salomón no consiguió mantener la unidad de las tierras hebreas: el sur, reino de Judea, con capital en Jerusalén, se le mantuvo fiel; en cambio, el norte se separó para constituir el reino de Israel, con capital en Samaria. Los dos reinos coexistieron desde el 941 aC hasta el 722 aC, cuando los asirios conquistaron Israel. Judea sobrevivió hasta que los babilonios destruyeron Jerusalén el 586 aC. Más adelante, los persas permitieron a los judíos que habían sido deportados a Babilonia regresaran.

Características generales:

 

·         La historia del pueblo israelita empezó con el éxodo de Egipto en 1250 a.C. Varias tribus después de eso, fueron formadas.

·         Su Dios, el Dios judío, era nómada, invisible e omnipresente. En el antiguo testamento es llamado: Jeovah o Yavhé.

·         En la Biblia aparece el origen del género humano.

·         Los hebreos introdujeron la idea del monoteísmo y el pecado, que son parte importante de la cultura occidental también.

·         Suponen que el mismo Dios hizo un pacto con ellos, esto aparece incluso en la Biblia.

·         Todo lo que ocurre en Israel o a Israel es por causa y mandato de Dios.

·         Gracias al pueblo hebreo, existen ahora las tres religiones más grandes del mundo las cuales son el islamismo, judaísmo y cristianismo. Todas ellas se basaron en el monoteísmo ideado por ellos.

 

Características de la literatura:

 

Los libros más importantes de la literatura hebrea son: La Biblia y el Talmud.

La Biblia: La Biblia es el libro más importante de la literatura hebrea. Significa “Los Libros”. Junto con el Talmud, es el principal libro de la religión cristiana y judía, aunque la religión judía solo utiliza el Antiguo Testamento y el Cristianismo utiliza ambos o solo uno, dependiendo de la rama de la cual se esté hablando. Tiene además una importancia histórica y filosófica debido a que relata ciertas historias del pueblo judío como el éxodo mismo que es donde los hebreos empezaron. Además que contiene reflexiones filosóficas porque el libro es fundamentalmente de la relación de Dios con el pueblo judío de lo cual se puede reflexionar.

 

La Biblia está compuesta de 72 libros divididos en dos grupos (como fue mencionado anteriormente) el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento. El Antiguo Testamento habla sobre la historia del pueblo hebreo y su relación con Dios, mientras que el nuevo Testamento habla de temas exclusivamente cristianos porque empieza a partir del nacimiento del Mesías, Jesucristo.

·         Los hebreos tomaron varias tradiciones de los sumerios, por ejemplo: La Torre de Babel o El Diluvio.

·         La Biblia contiene también material de muy alta calidad literaria.

 

 

LAS ESCRITURAS

 

La literatura hebrea se puede dividir cronológicamente en doce periodos. La literatura hebrea antigua está formada principalmente por el Antiguo Testamento y los tres primeros periodos de la literatura estuvieron dedicados a la redaccion de varias partes del Antiguo Testamento. En el primer periodo, que se extiende desde los primeros tiempos hasta el año 950 a.C., se escribió casi toda la parte poética del Antiguo Testamento. Entre los siglos X y VI a.C. se pusieron por escrito los libros que integran el Pentateuco o Torá, quedando así fijados unos textos que —al igual que en el resto del Antiguo Testamento— se habían venido trasmitiendo oralmente de generación en generación. Conviene recordar, no obstante, que los manuscritos más antiguos conservados son de época muy posterior. Al segundo periodo (c. 950-586 a.C.) pertenecen la mayor parte de narraciones históricas relativas a los reinos de Israel y Judá, algunos de los Salmos, y los oráculos de algunos profetas. Durante el tercer periodo (586-165 a.C.) se escribieron los libros conocidos en la biblia hebrea como ketubim (hagiógrafos, específicamente Eclesiastés, Job, Proverbios, y gran parte de los Salmos. Muchos escritos apócrifos (deuterocanónicos según la denominación en las biblias católicas) también pertenecen a esta época y gran parte del Antiguo Testamento fue traducido del hebreo al griego por eruditos judíos residentes en Egipto (véase Biblia).

 

En el cuarto periodo (165 a.C.-135 d.C.), el Midras, que se había empezado a escribir durante la cautividad de Babilonia, se dividió en dos partes, la Halajá y la Hagadá, por medio de las cuales se trataron temas teológicos y éticos, utilizando historias y anécdotas. Entre otras obras de esta época hay que citar los Escritos apocalípticos del Antiguo Testamento, incluidos los atribuidos a Moisés, al profeta Daniel, al patriarca Enoch, y al predicador y reformista Esdras; los Manuscritos del Mar Muerto, atribuidos a la comunidad monástica de los esenios; y los escritos del historiador Flavio Josefo. A este periodo pertenecen los targumim o versiones del Antiguo Testamento al arameo, idioma de uso común entre los judíos de esa época. Véase también Targum.

 

EL TALMUD

El mayor logro durante el quinto periodo (135-475) fue el Talmud. Se terminó la versión conocida como el Talmud de Palestina y comenzó a elaborarse la versión más importante del llamado Talmud babilónico. En el sexto periodo (470-740) se terminó el Talmud babilónico, se reunieron las primeras narraciones denominadas Haggadot (plural de Hagadá) y se creó la Masora, es decir, las anotaciones realizadas por ciertos rabinos al texto hebreo de las Escrituras.

 

En el séptimo periodo (740-1040), se recopilaron los primeros libros hebreos de oraciones (c. 880), y se escribió el primer diccionario del Talmud (c. 900). En esta época apareció el Séfer ha-Mitzwot (El libro de los Preceptos), que pregonaba la vuelta a las Escrituras, escrito aproximadamente en el 770 por Anán ben David, fundador de la secta judía de los caraítas. Otro escritor importante del noveno periodo fue Saadia ben Josef ha-Gaón, autor de importantes obras teológicas y de una versión de gran parte de la Biblia hebrea al árabe, así como de diversas obras poéticas. Los grandes centros de la cultura judía estuvieron, a principios de este periodo, en el Norte de África posteriormente se desplazaron hacia occidente, alcanzándose en la España medieval la edad de oro de la literatura poética, científica y religiosa de los judíos.

En el décimo periodo (1492-1755) teólogos, filósofos, como Baruch Spinoza, historiadores, matematicos, poetas, comentaristas de la Biblia y lexicógrafos judíos escribieron muchas obras en hebreo y en lenguas europeas.

 

El undécimo periodo (1755-1880) destaca por la obra de Mosé Mendelssohn, que con sus esfuerzos por dar a conocer la cultura occidental a los judíos de Europa Central, inició un movimiento conocido por la Haskalá (Ilustracion). Retractor del uso del yidish, Mendelssohn y sus seguidores fomentaron el uso del hebreo, así como el de las lenguas europeas de los países donde residían sus correligionarios. Una de las primeras revistas literarias modernas en hebreo, Meassef (El Coleccionista) fue publicada por el círculo de Mendelssohn. Entre otros eruditos hebreos de esta época cabe destacar al filósofo nacido en Ucrania Nachman Krochmal, cuya obra principal fue, Moré Nevujé ha-Zman (1851, Guía para los perplejos de nuestro tiempo).

 

ESCRITORES JUDÍOS EN LA ESPAÑA MEDIEVAL

 

Entre el séptimo periodo y el octavo (1040-1204) destacaron tanto en los reinos cristianos como en al-Andalus muchos escritores judíos. En este ambiente cultural, el más elevado del mundo occidental de esos siglos, se sientan las bases de la poesía hebrea moderna.

Menahem ben Sarug (910-970), nacido en Tortosa, y Dunas ibn Labrit, poeta andalusí, fueron los máximos representantes de sendas escuelas gramaticales. Discípulo del segundo fue Samuel ibn Nagrella (993-1055), notable poeta que llegó a ser visir de Granada. Filósofo y poeta notabilísimo fue Selomó ibn Gabirol (1020-1058), que desarrolló su actividad en Zaragoza. Allí vivió también el filósofo y poeta Bahya ibn Paguda (1040-1110). Coetáneos suyos fueron los dos grandes poetas Moshé ibn Ezra (1055-1135) y Yehuda ha-Leví. Grandes polígrafos fueron Abraham ben Meir ibn Ezra (1092-1167) y Maimónides, quienes dejaron muestras de su erudición en el campo del derecho, la filosofía, las matematicas o la medicina. A Maimónides se debe una obra capital en el campo de la filosofía y la religión judías, la Guía de los perplejos, escrita inicialmente en árabe y más tarde traducida al hebreo.

 

OTROS ESCRITORES EUROPEOS

 

El noveno periodo (1204-1492) también incluye destacados estudiosos en España, aunque el centro cultural se desplaza hacia Portugal, Provenza, Italia y Alemania. Los tratados filosóficos y éticos fueron sustituidos por escritos místicos, entre los cuales destacó la gran obra cabalística del siglo XIII, el Zohar (el nombre completo es Séfer ha-zohar, "Libro del esplendor"), obra capital de la Cábala, formada por una amplia serie de estudios esotéricos sobre la Biblia. Se atribuye al doctor español Mois de León (1250-1306). Los primeros libros que se imprimieron en hebreo, fueron publicados en Italia; Joshua Soncino, miembro de una gran familia de editores judíos nacidos en Italia, imprimió la primera Biblia hebrea completa en (1488). Unos veinte años después, el editor holandés cristiano Daniel Bomberg fundó una editorial hebrea en Venecia y publicó las primeras ediciones completas tanto del Talmud palestino como del babilónico. A partir de la expulsión de los judíos de España (1492), la brillante cultura sefardí verá el ocaso de su esplendor, siendo sustituido por el florecimiento asquenazí centroeuropeo, especialmente en el campo jurídico-religioso.

 

ESCRITORES MODERNOS

 

El periodo duodécimo (1880 hasta el presente), se ve marcado, al principio, por la continuidad de la Haskalá y la vuelta al uso de temas profanos, y por último por la literatura hebrea de Israel. El sionismo, que surgió a finales del siglo XIX, fomentó un interés renovado por el hebreo hablado y escrito, en especial entre los judíos de Europa Oriental. El primer periodico hebreo, ha-Yom (El Día), apareció en 1886; entre varias publicaciones periódicas estuvo ha-Sahar (La Aurora), una revista literaria fundada en Viena en 1868 y editada por el escritor de origen ruso Peretz Smolenskin. En esta revista apareció, por primera vez, en entregas, la gran novela semi-autobiográfica de Smolenskin ha-To’eh Be-Darjei ha-Hayyim (3 volúmenes, 1868-1870, El caminante por los senderos de la vida). El principal poeta de la Haskalá fue Judah Leib Gordon, nacido en la actual Lituania. Su obra, escrita en ocasiones en hebreo bíblico y otras en un hebreo más actual, aportó un nuevo estilo poético. Algunos escritores de ficción, influidos por la Haskalá, pasaron del uso del yidish al hebreo; uno de ellos fue Mendele Mokher Sefarim (seudónimo de Shalom Jacob Abramowitz). Las novelas del ‘Abuelo Mendele’, que describían la vida cotidiana en el gueto, han mantenido su popularidad en el siglo XX.